jueves, 10 de noviembre de 2016

LA CRÓNICA NEGRA


La vida delictiva de Robledo Puch comenzó en una edad temprana, robando dinero de las carteras de las amigas de su madre, y caramelos en el kiosco de la escuela.

Su nivel de delincuencia fue creciendo a través del tiempo, cumplidos los 16 años, el joven Puch ya contaba con unos cinco robos y nueve hurtos, que le valieron una estadía en el reformatorio de la Escuela de Artes y Oficios José Manuel Estrada de La Plata, aquel dulce 14 de febrero de 1969.

Pero ninguno de estos hechos tuvo comparación alguna con lo que estaba por venir. La vida de Carlos Eduardo dio un giro de 180 grados cuando conoció a su amigo y primer cómplice en el Instituto Cervantes de Vicente López, Jorge Ibañez.

"El Ángel Negro" ya dejaría de ser un simple delincuente, para convertirse en el mayor asesino serial de la historia argentina.

El 15 de marzo de 1971 fue el principio del fin. Los jóvenes asaltaron el Boliche Enamur ubicado en Olivos, donde se hicieron con 5000 pesos, a costa de la vida del gerente del lugar Pedro Félix Mastronardi y al barman Manuel de Jesús Godoy, a quienes Robledo Puch mató fríamente de un balazo en la cabeza mientras dormían en una habitación contigua. Ambos amigos se habían prometido no dejar testigos de sus andanzas.

El 8 de mayo de 1971 sucedió el segundo golpe, robaron 4000 pesos del negocio de repuestos de automóviles IKA y Mercedes Benz en Olivos. Al entrar se encontraron con José Bianchi, su mujer Dora Vukotich y a su hija recién nacida, todos durmiendo en una habitación. Sin piedad, Robledo mata de dos tiros al hombre y hiere gravemente a la mujer. Ibañez intenta violarla pero esta se desmaya. La beba lloraba desconsoladamente, por lo que Robledo dispara contra la cuna, pero la bala se desvía.

El 24 de mayo de 1971 roban 50000 pesos del Supermercado Tanti en La Lucila, asesinando con un balazo en la cabeza al sereno Juan Scattone, que dormía sobre una mesa.

El 14 de junio de 1971 roban 15 pesos de la cartera a Virginia Rodriguez en las inmediaciones de la Ruta 26 en Pilar. Ibañez viola a la víctima en el asiento trasero de su auto, subiéndola a la fuerza, y luego Robledo terminará por matarla de cinco balazos en la espalda.

El 24 de julio de 1971 roban 50 pesos y un encendedor de la cartera de Ana María Dinardo en el puente del kilómetro 51 de Pilar, a quien Ibañez intenta violar en su auto, pero la muchacha se resiste insistiendo que estaba indispuesta. Minutos después, Robledo Puch la mata de un tiro en la espalda y cuando cae, le dispara seis veces más.

El 5 de agosto de 1971 sucede algo confuso, que hasta el día de hoy no ha quedado claro que fue exactamente lo que pasó. Robledo Puch choca de frente contra un taxi en Nuñez, provocando la muerte inmediata de su amigo Ibañez, que iba en el asiento del acompañante. Carlos huye a pie llevándose los documentos de su compañero. La teoría más fuerte de este caso indica que no fue un accidente, sino un crimen planificado.

Tras quedarse sin cómplice, Robledo Puch entabla una amistad con su ahora nuevo compañero delictivo, Héctor Somoza, con quien el 15 de noviembre de 1971, tras no encontrar dinero, roban un teléfono e el Supermercado Rincón en Boulogne. Carlos mata de un tiro en la cabeza al sereno Raúl Delbene, que dormía en un escritorio.

El 17 de noviembre de 1971 roban 900 pesos en la Agencia Pasquet Automotores S.A en Vicente López. Otra vez, Robledo mata por sorpresa al sereno Juan Carlos Rozas de dos tiros.

El 25 de noviembre del mismo año roban 15000 pesos en la Agencia Dodge Puigmarti en Acassuso. Robledo mata, nuevamente, por la espalda al sereno Bienvenido Ferrini de tres disparos.


Hasta ese momento, Carlos Eduardo parecía estar saliéndose con la suya, hasta que el 3 de febrero de 1972 algo salió mal. Ambos cómplices roban 14000 pesos en la Ferretería Industrial Masseiro Hermanos en Carúpa, donde Robledo asesina al sereno Manuel Acevedo de dos tiros en la cabeza. En un confuso episodio, donde Somoza toma por el cuello a Robledo, lo cual no se sabe si fue en plan de broma o si fue un intento de traición, Carlos reacciona dándole un codazo en el pecho, haciéndolo caer. Acto seguido, le pega un tiro en la espalda, y lo remata con otro en la cara. Rocía el cadáver con alcohol y le quema el rostro y las manos con un soplete hasta desfigurarlo para que no sea reconocido. El joven escapa del lugar de los hechos, sin percatarse que en el bolsillo del pantalón del fallecido, se encontraba su cédula de identidad. En menos de 24 horas, Carlos Eduardo Robledo Puch, con tan solo 20 años de edad, era detenido.

Finalmente, el 27 de noviembre de 1980 fue condenado a prisión perpetuaacusado por 11 homicidios, 17 robos y dos abusos.




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